Gobierno y empresas fabricantes de coches eléctricos respaldan la reducción de las emisiones de CO2 y una movilidad sostenible. De hecho, España ha aumentado en forma gradual ese segmento de vehículos para el turismo, transporte público y corporaciones. Pero, en lo que respecta a los puntos de recarga por cada 100 kilómetros de autovía o autopista, el país ocupa los últimos lugares de la Unión Europea.