A más de uno le sonará la expresión “sana, sana, culito de rana, si no sana hoy sanará mañana” (o variantes de la misma) que suele emplear un adulto para calmar el dolor que sufre un niño cuando se ha dado un golpe. La frase suele pronunciarse mientras se acaricia, frota o besa la zona dolorida. Muchas madres han tratado de calmar así el dolor de sus hijos durante mucho tiempo pero, ¿realmente funciona? ¿hay alguna explicación científica? Para responder a estas preguntas debemos saber algo más acerca de los mecanismos del dolor.