A mis 30 años he disfrutado de una época que no volverá a repetirse, el inicio de la carrera tecnológica moderna. Hemos pasado de usar un walkman durante 10 años a un MP3 que se iba fabricando cada vez más pequeño conforme pasaban las semanas, hasta incorporarse en un dispositivo junto con una cámara de fotos, una televisión, una pantalla táctil, un teléfono inalámbrico, una linterna, un reproductor de vídeo, una cámara de vídeo, una videoconsola, una agenda personal, una calculadora, un buzón de correo y una revista -si, me dejo mil cosas-.