La guerra sucia contra ETA no fue un fenómeno de la transición y los primeros años 80, sino que se prolongó hasta casi 1990 con la implicación del Ministerio del Interior al más alto nivel. Así se desprende de la confesión que Antoni Asunción hizo en la sede del Cesid el 22 de diciembre de 1994, siete meses después de dimitir como ministro del Interior por la fuga de Luis Roldán, exdirector general de la Guardia Civil. El político socialista había sido invitado a almorzar por el general Emilio Alonso Manglano, director del servicio del…