Acostumbrados a eso del pan recién hecho a todas horas -no siempre una buena señal, por cierto-, pensar en una panadería que solo comienza a despachar pan a partir de las cinco de la tarde puede parecer una locura. Y posiblemente lo sea, pero las colas que a esa hora se forman en los establecimientos de Tartine parecen demostrar que igual la idea que tuvo hace 15 años Chad Robertson no es tan mala.