Soluciones de ayer para los desafíos de hoy. Suena a eslogan, pero eso es básicamente lo que plantea Rondo Energy, una compañía californiana que ha decidido echar mano de ladrillos refractarios no muy distintos a los que usamos desde hace siglos para responder a dos grandes retos de las energías renovables: las intermitencias y el almacenamiento. Como parte de ese empeño, ahora se ha marcado una meta aún más ambiciosa: crear la mayor fábrica de baterías.