No es solo el precio de la energía y sus desbocados repuntes como los de hace unos días, sino también las conductas torticeras de las compañías eléctricas, lo que convierte en un compendio de gravosos enigmas el recibo de la luz: la CNMC, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia califica con el piadoso y eufemístico término de "prácticas manifiestamente mejorables" los comportamientos de las empresas comercializadoras de electricidad que los consumidores señalan como abusivos.