Fiocho, álter ego del artista, quería reproducir un remix del himno del PP con el Cara al Sol tras una misa en Quijorna. La acción, pretendidamente artística, surge a raíz de la celebración en ese Ayuntamiento de un mercadillo ultraderechista en septiembre de 2013. El paquete en el que se escondía el reproductor fue confundido con una bomba por la Guardia Civil. Además, los informes que la Guardia Civil ha filtrado a los medios lo vinculan a él y a los otros tres acusados con un "grupo radical" de nombre Comando 28, inexistente.