Según ella, se prohibía cualquier inscripción o marca, los guardias de seguridad revisaban toda la ropa y, si tenían algo escrito, se les pedía que lo quitaran o cubrieran lo escrito con cinta adhesiva negra. “Sabíamos que cuando se proyectaran las repeticiones de las actuaciones de todos los artistas, se mostraría la propia delegación. Así que cuando la cámara se acercó a nosotros, nuestro equipo se abrió rápidamente y mostró nuestro llamamiento al mundo. Corrimos un gran riesgo, pero todo salió bien. Recibimos sólo una multa financiera”
