Los bosques catalanes (y de otras zonas del Mediterráneo) están sufriendo una extracción masiva de lentisco, una planta mediterránea que está siendo objeto de un comercio clandestino y sin control. Propietarios forestales, excursionistas y otros sectores ciudadanos apuntan que el lentisco sufre un verdadero expolio, y denuncian tanto los daños como la conflictividad que se ocasiona.