“Dáselo a tu mujer. Es su trabajo”. La frase, bordada entre las instrucciones de lavado de la etiqueta de un vaquero masculino, debió de parecerle a su autor un guiño cómplice entre hombres, una broma sin más. Pero sucede que a veces ese hombre tiene como pareja a una periodista, quien, en lugar de echar el pantalón a la lavadora (que “es su trabajo”) publica un artículo indignado en el periódico en el que trabaja, Telegraph (que, este sí, es su trabajo). Las reacciones han estado a punto de provocar el cierre de la tienda, Madhouse.