Muamar Kadhafi, al contrario de Ben Ali y de Hosni Mubarak, asumió una posición anti-imperialista cuando tomo el poder en 1969. Abolió una monarquía fantoche y practicó durante décadas una política de independencia iniciada con la nacionalización del petróleo. Sus excentricidades y el fanatismo religioso no impidieron una estrategia que promovió el desarrollo económico y redujo las desigualdades sociales chocantes. Libia se alió a países y movimientos que combatían al imperialismo y al sionismo.