Científicos han descubierto una hormona que puede obligar a las personas a comer más, pues hace atractiva la comida. Los autores del artículo realizaron experimento con un grupo de voluntarios, inyectándoles la hormona "ghrelin". Tras la inyección, el cerébro reaccionaba más intensamente ante las imágenes de la comida. También quedó probado que el nivel de "ghrelin" aumenta antes de sentarse a comer, provocando la sensación de hambre, y disminuye después de la comida.