Cuando uno estudia el ciclo celular de nuestra vieja amiga Escherichia coli, se aprende que en condiciones óptimas esa bacteria es capaz de duplicarse en sólo 20 minutos. Tras la división celular no es fácil distinguir entre célula madre y célula hija (pero puede hacerse). Si dejamos pasar 20 minutos más, tendremos cuatro células, y al cabo de otros 20 minutos, ocho. Teóricamente, si hay espacio y comida, una célula va a seguir multiplicándose sin cesar.