En marzo, con los hospitales sobrepasados por la pandemia de un virus sobre el que no se sabía prácticamente nada, los profesionales sanitarios tuvieron que testar los tratamientos a base de prueba y error. Se emplearon medicamentos que estaban destinados a diversas enfermedades que provocaban síntomas similares a la Covid-19. Muchos de ellos ya se han probado totalmente inútiles para tratar la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2, pero algunos han ido demostrando cierta efectividad.