En 1543 Cellini hacía el famoso salero para el rey Francisco I de Francia, en cuya corte se hallaba refugiado. Décadas más tarde Carlos IX regalaba el precioso objeto al archiduque Fernando cuando este le representó en su boda por poderes con la hija del emperador, y de ese modo la obra de arte iba a terminar en el Kunsthistorisches Museum de Viena. El domingo 11 de mayo de 2003, para estupefacción de todo el mundo, el salero desaparecía del museo. El salero, llamado la Mona Lisa de las esculturas, estaba valorado en 65 millones de dólares