Cada higo, contiene muchas flores y cada una de esas flores produce un único fruto llamado aquenio. Estos frutos son muy pequeños y contienen una semilla. Precisamente son estos aquenios los que proveen al higo de esta textura tan crujiente.
investigadores del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA) han constatado que gran parte de la capacidad antioxidante del fruto se encuentra en el aquenio o pepitas.