Desde que se empezaron a detectar los primeros casos, durante la declaración del estado de alarma y hasta finales de marzo, la sanidad y las residencias contaron con 34.800 trabajadores menos que en el último trimestre de 2019. Estos datos, extraídos por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) a partir de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2020, explican, en parte, la debilidad y el colapso del sistema sanitario y de las residencias en pleno brote del Covid-19.