Mi reconocimiento a las víctimas del franquismo, muchas de las cuales aún no descansan en Paz para vergüenza nacional, así como mi más sentido homenaje a la II República española, a la resistencia republicana y a su fraternal proyecto de esperanza, frustrado impunemente. No creo que haya nada que celebrar de un golpe de estado, y menos, de aquel sanguinario 18 de julio, hace 76 años ya; pero sí mucho de lo que acordarse para no repetir la historia, justo en unos momentos en los que los oligarcas de siempre tratan de someter al pueblo