En los últimos días la crisis de Ucrania se ha desplazado desde la primera plana de los diarios a un lugar más discreto. No por ello la situación es menos preocupante que cuando estallaron las protestas más violentas a finales de febrero. Esto es así porque las partes se han consolidado en sus posiciones en vez de corregir rápidamente errores estratégicos y, de esta forma, han hecho prácticamente imposible un retorno al statu quo inicial, lo que hubiera sido la solución ideal para todos.