En un nuevo paso para revertir las medidas más polémicas de su predecesor en materia de derechos humanos, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordenó ayer la ratificación de una declaración de las Naciones Unidas que exige la despenalización internacional de la homosexualidad, un texto que George Bush se negó a firmar, según informó ayer el Departamento de Estado. 66 naciones ratificaron la declaración y 57 se opusieron, entre ellas USA, Vaticano, China, Siria, Egipto o Sudán.