El parecido que compartía con su padre biológico fue motivo suficiente para que una mujer en Australia asesinara a su hijo, de nombre Joseph y de tres años de edad, por lo que enfrentará una sentencia de al menos 33 años.

La sentencia, contra la que no cabe recurso ya que fue dictada de conformidad con la partes, declara probado que el acusado compareció como testigo en agosto de 2105 ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer 1 de Pamplona y en él manifestó que el denunciado en aquel procedimiento “pegó una cachetada” a su esposa.

Nadia Fucilieri tenía más que planeado el crimen contra sus dos hijos, tal y como indica 24 Horas. Así, incluso había escrito una carta indicando que la culpa de su acto la tenía el padre de sus hijos, todo porque Nadia y Aldo se habían separado en enero.

En los últimos ocho años se presentaron 1.055.912 denuncias y solo en 79 casos hubo sentencias por denuncia falsa (0,0075 %), según el Ministerio PúblicoEn este periodo se investigaron 194 casos por este presunto delito, un dato que consideran que es un "escasísimo porcentaje": un 0,18% del total

Lo reconoció y aceptó la pena, pero las cámaras revelaron después que no se acercó a la mujer.

Según un informe realizado por la Asociación Erich Fromm basado en datos del Observatorio de Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial, sólo un 12,3 % de las denuncias por violencia de género presentadas entre 2004 y 2015 se han resuelto con una condena, incluyendo hombres y mujeres.

Revision de las cifras de violencia de genero por parte de un forero de burbuja.info.

Qué largas se hacen las tardes, todavía nos quedan mas de 2 horas de servicio, piensa el cabo Castaño. “Diríjanse a la calle Benavente nº 14 de la localidad de Misent, una mujer refiere haber sido amenazada por su marido”. Al cabo Castaño ya se le ha cambiado la cara, sabe que en el horizonte se divisa la activación del protocolo VIOGEN, o lo que es lo mismo, que el tío se va a quedar detenido diga lo que diga (a ver quién es el guapo que se juega el uniforme). “Señora, ¿pero le ha amenazado?. No exactamente, pero me ha insultado y tengo miedo"