En la actualidad, de los cerca de 200 estados que coexisten en el planeta, 160 son estados democráticos, el resto está sometido a los tiranos o absolutistas medievales. Por su esencia cristiana, el Estado del Vaticano debería regirse con un sistema democrático y fraterno, pero no es así. El Estado del Vaticano, concesión de Mussolini (1929, Tratado de Letrán), jamás conoció un régimen democrático. El régimen democrático para la elección de los obispos es un clamor católico antiguo. Basta revisar los escritos de San Cipriano, S. III y IV.