Aunque el juego que hoy rescataremos no deja de ser obra de programadores, por cierto grandes artífices del mundillo como Gonzo Suarez y Jose Luis Morales, gran peso de la obra recae sobre ese hombre de gafas ahumadas que, pertrechado con un lápiz, es tan capaz de crear mundos, personajes e historias como cualquier otro programador de la edad de oro del software español. Este señor es nada más y nada menos que Alfonso Azpiri, una pieza indispensable en la escena a la hora de entender como todo lo que escapaba más allá de la cinta.