-¿Tiene usted un seguro del hogar? -No, vivo alquilado. -Ah, muy bien -continuó la mujer-, permítame entonces que le hable del seguro de decesos. -Me pregunté cuánta gente entendería la palabra "decesos". Es uno de esos términos que se oyen poco por la calle, como "honestidad"- -Ofrecemos un seguro que le dará grandes ventajas tras su muerte. -Oiga, creía que tras la muerte no había nada. -No, claro, esto es más bien para la gente que se queda cuando usted se muere. -Ya, ¿no debería entonces hablarlo con ellos?