Inversión, mecenazgo y patrocinio son, pues, tres formas honestas, claras y legítimas de apoyar la cultura. Me cuesta más entender que se entremezclen y que aparezcan modelos nuevos que, a mí al menos, así, al pronto, se me aparecen más cercanos a la desvergüenza que a la honrada actividad comercial. El inglés ayuda mucho para que este enredo se produzca. No porque el inglés sea malo en sí mismo, que no lo es, sino porque aprovechamos lo mal que nos manejamos en este idioma para hacernos los distraídos.