Consiste en una condición sicológica en la que el individuo, como resultado de la experiencia de varios fracasos continuos en una misma lucha, va perdiendo progresivamente su capacidad y energía para sobreponerse a los fracasos, y se persuade de que, haga lo que haga, por más que lo intente, el resultado escapa a su control. Si el sujeto atribuye los resultados a causas internas, si cree que es por su culpa y que, por tanto, merece su situación, presentará además una disminución de autoestima.