La morosidad de las empresas cuya actividad no está ligada a la construcción o inmobiliarias supera en 2,5 veces las de las hipotecas a particulares. Así, si los dudosos en créditos sobre vivienda suponen el 3,1 por ciento del total, según datos de junio del Banco de España, las empresas no constructoras tienen una mora del 7,8 por ciento, superior incluso al del crédito al consumo. La evolución es preocupante, ya que refleja las dificultades crecientes del tejido productivo, y pronostica una larga espera para lograr salir de la recesión.