Seguramente todos ustedes conocen el Principio de Peter, y en sus respectivos trabajos se encuentran rodeados de ejemplos del mismo. Yo mismo he sido un claro defensor de este axioma hasta hace un cuarto de hora pero, iluminado por un incidente laboral que no viene al caso, me caigo de mi burra y, como San Pablo, acabo de ver la luz, y una verdad nueva os traigo: El Principio de Peter no es aplicable a España.