Por su naturaleza misma, la izquierda es crítica y exigente con sus líderes y organizaciones mientras que la derecha es disciplinada y obediente. La izquierda tiende a fragmentarse, la derecha a agruparse. Sumen ustedes las expectativas de voto de Podemos, PSOE, Izquierda Unida, Equo, Compromís, los varios Ganemos y los partidos progresistas de dimensión local o autonómica, y les salen mayorías absolutas en cualquiera de los muchos comicios que vamos a celebrar en 2015.