Al igual que el jamón, la paella o el cocido, los churros, uno de nuestros desayunos más patrios, se internacionalizan a pasos agigantados. Pero cuidado, no es lo mismo pedir churros en Madrid, que en Tokio, en El Cairo o en Melbourne. Partiendo de la misma masa frita, cada país lo cocina a su manera. Los hay picantes, salados, con coco, frutos secos e incluso para pringar con queso cheddar. Así mojan el churro fuera de España.