El truco funciona. A uno se le ocurre un ciclo de conferencias sobre un asunto cualquiera, con más o menos gancho. Por ejemplo: La carga de la caballería austrohúngara y su influencia en la menopausia de la pava. Acto seguido, acude a la concejalía del ayuntamiento de turno, al banco de su pueblo, a la fundación o ministerio que pille más cerca. A cualquier sitio donde haya viruta disponible para estas cosas. Allí dice buenos días y plantea la cosa. El cebo para incautos. Traeremos, asegura, al último premio Nobel de Física, a Mario Vargas...