Decir August Sander es decir humanidad fotográfica en todos los sentidos. Y en todos los detalles. Los buenos y los malos, todo lo que somos. August Sander, uno de los pocos fotógrafos con lugar propio en MoMA de Nueva York, lo cual ya dice mucho, trató de reflejar a sus contemporáneos tal como eran: buenos y malos, ricos y pobres, hombres y mujeres o niños para componer un paisaje más amplio que nos cuenta cómo era aquella sociedad alemana de primeros del siglo XX.