"Me gusta que me abran la puerta, que me echen algún piropo, en fin, la caballerosidad no tiene nada que ver con el machismo". Las palabras de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, este lunes en una entrevista a 20minutos.es, abrieron un debate en el que caben partidarios de costumbres de "toda la vida" y los que opinan que bordean el machismo. "El piropo, si es en la calle, en el espacio público, demuestra el deseo de apropiarse de un cuerpo ajeno", apunta Esther Castellanos, de la Comisión de Igualdad del organismo.