El programa Energía-Burán fue la cumbre de la tecnología aeroespacial soviética. Pero sólo tres años después de realizar su primer vuelo, la URSS desapareció, llevándose consigo los sueños de este proyecto. La nueva Rusia no podía permitirse un programa tan costoso. En el marco del programa Energía-Burán se construyeron unas catorce lanzaderas: cinco vehículos espaciales y ocho "maquetas". Pese a su nombre, éstas últimas no eran meros modelos estáticos, sino que fueron usadas para todo tipo de pruebas.