Un estudio muestra que los perros bostezan más cuando ven a su dueño hacerlo. El bostezo es contagioso en un 70% de las personas, aunque aún se desconocen las causas.

Nunca me ha quedado claro si bostezamos por falta de sueño o si es un vestigio animal de otra época. Lo que sí está claro es que es contagioso y eso supone que alguien, en algún momento de la historia, bostezó por primera vez y empezó un ciclo que ha durado generaciones.

Una empresa ha creado una máquina expendedora de café con reconocimiento facial, cuya única condición para servirte un café es que tú le regales un buen bostezo más o menos intencionado.

El bostezo es una práctica heredada de nuestros antepasados que compartimos con el resto de mamíferos, pero no se conoce su función exacta.

Roman Atwood basandose en las estadísticas ha recorrido las calles de todo el mundo bostezando de forma muy llamativa. El final no puede ser más claro: a los pocos segundos alguien a su lado imitaba el gesto.Más de 3.000.000 visitas. Y tú, ¿has conseguido verlo entero sin bostezar?

No sé si simplemente es un gesto común en algunos animales o algo inherente a la naturaleza humana, lo que está claro es que el bostezo es muy contagioso. Seguro que os ha pasado que cuando alguien bosteza cerca de vosotros, automáticamente habéis tenido una necesidad irrefrenable de abrir la boca. Científicamente creo que se conoce como el efecto de las neuronas espejo, y no hay forma de pararlo, por más que uno lo intente. Sólo hay que observar a alguno de nuestros políticos en una tediosa sesión del Congreso o el Senado.

Una broma realizada alrededor de todo el mundo. Casi como un truco de magia. La broma más contagiosa del mundo: El poder del bostezo.

La razón de que las risas ajenas nos induzcan la risa es que la risa, así como muchas otras actividades, es una actividad esencialmente social. Es decir, que reímos para transmitir a los demás que estamos contentos. Reímos con más frecuencia con otras personas, no solos. Si los demás ríen (u oímos risas ajenas, aunque sean grabadas), interpretamos que los demás están contentos, y por imitación también sonreímos o reímos, tal y como sucede con el contagio del bostezo.En 1992, el científico italiano Giacomo Rizzolatti y su grupo de (...)

Este vídeo fue hecho con clips que aparecen en la web.

En esta entrada se responde a las siguientes cuestiones: ¿Qué de cierto hay en que los bostezos se contagian y si es verdad, cómo se produce este contagio?¿Por qué nos estreñimos?Las galletas Digestive y los yogures Activia, ¿funcionan o es más bien cuento-placebo?

Un equipo de investigadores de las universidades de Durham y Lancaster sugiere que los fetos bostezan dentro del útero, un proceso de desarrollo que podría dar a los médicos otro índice de salud. Mientras algunos expertos han sugerido que los fetos bostezan y otros afirman que es simplemente la apertura bucal, este estudio distingue claramente el bostezo, del no bostezo o la boca abierta, centrándose an la duración de la apertura de la boca.

La empatía se ha convertido en uno de los temas estrella de una gran cantidad de disciplinas. La capacidad de vincularnos con aquellos que nos rodean influye directamente en el éxito en la vida. Nuestra supervivencia depende en gran parte de esta asombrosa capacidad. Además, esta capacidad y su posible ausencia en otros seres vivos ha sido un argumento clásico utilizado por los expertos a la hora de distinguir al ser humano de otros animales. Quizás, una de las razones que nos ha llevado a negar esta evidencia es el miedo a tener que tratar...

Galería de varios animales botezando: babuinos amarillos, hipopótamos, avestruces...

Esta semana se ha celebrado uno de esos plenos eternizantes en el Congreso en los que se observa a más de un parlamentario (de los pocos que están) aburrido en el escaño.

Un estudio ha descubierto que el efecto del contagio del bostezo también es válido para los canes. Y no sólo eso: los humanos podemos contagiar el bostezo a los perritos. Realmente hay mucha ciencia detrás de la manifestación más trigeminal del aburrimiento.

El video tiene poca descripción, es mejor verlo.

Los bostezos contagiosos pueden mostrar la cercanía de una relación más que reflejar un estado de cansancio, dicen los científicos. El acto de bostezar hace que más sangre fluya por el cerebro. El supuesto vínculo entre empatía y el bostezo contagioso quedó fortalecido por estudios previos en los que se encontró que niños con autismo, quienes tienden a ser menos capaces de tener empatía que otros niños, eran menos propensos a hacerlos.

Científicos italianos encontraron que hay más probabilidades de bostezar en reacción ante a un familiar cercano que ante un amigo, sin embargo, hay todavía quienes creen que simplemente se trata de un reflejo natural. El descubrimiento sugiere que el bostezo contagioso podría haber evolucionado como una forma de mantenerse en estado de alerta dentro de un grupo. Se cree, incluso, que los animales y chimpancés tienen la tendencia a hacerlo y se piensa que cerca de la mitad de los seres humanos tienen este tipo de reacción.

Durante el partido en San Mamés, un tipo pelirrojo no disimulaba el bostezo en la grada. No era otro que Javier Clemente. Lo ocurrido en San Mamés debió ser una auténtica tortura para Clemente, que nunca llegará a entender por qué Javi Martínez es ahora el central del Athletic, por qué por La Catedral corretean chicos como Ander Herrera o Susaeta, o por qué Guardiola, un minuto después de que el Barcelona encajara un gol que parecía condenarle a la derrota, optaba por reclutar a Thiago para salvar el empate.

Piense en alguien bostezando. Su compañero de despacho, por ejemplo. Alguien que se sienta frente a usted en una reunión. Fíjese cómo, disimuladamente, se le abre la boca que oculta bajo su mano. Usted mismo, esta mañana, recién levantado. O ayer por la noche, frente al televisor, cuando el cuerpo le pedía ya irse a dormir. Da igual que tenga usted sueño o no (sueño, sueño, sueño). Posiblemente, antes de que termine de leer este párrafo –o el siguiente- se le habrá escapado un bostezo.

Un estudio dirigido por Andrew Gallup del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, indica que la frecuencia de los bostezos varía con la estación del año, y que la gente es menos propensa a bostezar cuando el calor al aire libre supera la temperatura corporal. Gallup y Omar Eldakar de la Universidad de Arizona, creen que esta disparidad estacional denota que el bostezo puede servir como un método para regular la temperatura del cerebro.

El bostezo, considerado por mucho tiempo un signo de aburrimiento o cansancio, puede ser una vía de nuestro organismo para controlar la temperatura del sistema nervioso. Estudios realizados indican que tenemos una mayor tendencia a bostezar cuando el calor del medioambiente es menor que el corporal...

Hasta ahora, sólo se ha visto a humanos, chimpancés y perros bostezar por contagio. Es decir, que bostezan después de que otro lo hizo. Ese contagio no es una imitación o una copia sino una respuesta automática que ocurre cuando uno ve, oye o incluso piensa en que alguien más está bostezando. Entre las teorías para explicarlo hay una que dice que sirve para mantener a las personas en un mismo estado y listas para trabajar juntas. Así que si uno tiene sueño, los otros se empezarán a sentir somnolientos también.

Los científicos han sabido por décadas que los bostezos son infecciosos entre las personas. Tan así que simplemente leer o pensar en ellos puede disparar una reacción en cadena de bostezos. Los bostezos pueden contagiarse de la misma manera entre chimpancés y macacos, aunque no entre personas con autismo, y se cree que puede estar relacionado con la empatía y la habilidad de leer los pensamientos de los otros individuos.Pero ahora, un estudio que reporta que bostezos humanos inducen bostezos en perros fue publicado por un equipo dirigido por...

El contagio de los bostezos entre primates no es sólo un indicador de sueño o aburrimiento. Para los chimpancés también es una señal de...