Aquí tenemos un poco de eso que los alemanes llaman Schadenfreude, cortesía de un caballero que se encontró con la escena en Las Vegas. Es lo que tiene el Bugatti Veyron: corre que se las pela, pero también traga como ningún otro. La próxima vez no te olvides de llenar el depósito, chaval; internet te vigila. Via:
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