Si algo ha caracterizado a Julio Anguita es su intuición política y su sentido histórico. Él fue siempre un adelantado, un profeta armado con un punto de vista fundado en la cultura popular y en la democracia plebeya. Siempre nos despistó a todos y nunca fue fácil clasificarlo: derecha, izquierda, renovador, leninista, hasta falangista, según el insigne Santiago Carrillo, que Dios tenga en su gloria. Antes de la “caída del muro”, mucho antes (él sabía mucho de ese muro y lo que tenía de protección frente al enemigo de verdad: el imperialismo