Todo se acelera, los acontecimientos parecen no tener fin en un tiempo de incertidumbre y pesadez mental que nos oprime y nos deprime hasta dejarnos en un estado de perplejidad constante y enfurecimiento sin fin. Crisis mundial, guerras que nunca terminan y otras que parecen ya inminentes, pueblos hambrientos, apenados, encolerizados, narcotizados y el supremo materialismo como DIOS omnipotente del planeta que se ha alzado a la cabeza de ésta, nuestra pirámide urbana, en la que nos encontramos en el eslabón más bajo del “juego eterno entre...