Dos de los exponentes más significativos de la grandeur de nuestros vecinos, el Tour y Roland Garros, pertenecen en los últimos años casi exclusivamente a deportistas españoles, de los que mencionaremos, para no hacer la lista interminable, sólo a dos: Indurain y Nadal. Y eso que era algo muy difícil de soportar para el chauvinismo francés, máxime viniendo de un país al que siempre han contemplado, sobre todo en los últimos siglos, con un gran complejo de superioridad