En el mes de octubre del año pasado, tras varios años de gratuidad, Google decidió imponer un precio a aquellas aplicaciones que utilizasen Google Maps por encima de un umbral determinado: aquellas que generasen más de veinticinco mil cargas de mapas al día, según Google únicamente el 0,35% del total de aplicaciones que utilizan su sistema, deberían pagar cuatro dólares por cada mil cargas. La medida provocó un éxodo de aplicaciones hacia OpenStreetMap, el llamado “wikimapamundi libre”