Pensé que nadie podía superar al tipo que quiso fugarse de la cárcel disfrazado de mujer (con muy poco arte) o el que se transformó en sillón con el mismo fin. Como en ocasiones anteriores, me volví a equivocar. Siempre hay alguien que lo puede hacer peor, y si hubiera un premio al
#epicfail de los disfraces, seguro que José Espinoza se lo llevaba con una mención de honor.