Cuentan que Hitler era vegetariano pero se zampaba tremendos pichones rellenos de lengua e hígado. Pol Pot cenaba estofado de cobra, Mussolini devoraba ajos crudos a dos manos e Idi Amin engullía cuarenta naranjas al día, tal vez para ocultar así el sabor a carne humana, su otra debilidad culinaria. No somos capaces de asegurar que indagar en los hábitos gastronómicos de los más sanguinarios tiranos del siglo XX nos descubrirá tal vez alguna de las razones de su proceder. Probablemente no.
|
etiquetas: tiranos , comida , hitler , ajo , banquete , monstruos