Siendo, efectivamente, vergonzoso y humillante, lo más curioso de lo sucedido en el partido ante el Eintracht es que, en lugar de pensar por qué tantos culés decidieron vender sus abonos a aficionados del equipo rival, ahora resulta que los dirigentes del FC Barcelona han decidido no permitir entrar al Camp Nou a aficionados rivales con camisetas, bufandas o banderas de su equipo. Según informó el diario Marca, la razón tiene que ver con la lucha contra la violencia en el fútbol. Es decir, si el partido ha sido declarado de alto riesgo
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