Si alguna vez te has visto en la situación de tener que usar un pollo de goma con una polea en medio para salir de un entuerto o eres consciente de las altas dosis de malignidad que puede llegar a alcanzar un tentáculo morado parlante, entonces eres de esa clase de jugadores que entiende, ama y acepta la aventura gráfica a pesar de todo. E insisto en lo de a pesar de todo porque, siendo sinceros, las mecánicas del género no son precisamente las más lógicas, ni las más intuitivas, ni las más amigables con el usuario.
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