Nuestro país, al igual que Gran Bretaña, está tratando de imponer un orden democrático de las cosas en Afganistán, o, si se desea, ayudar a fortalecer la joven democracia afgana. Cada día mueren personas aquí en bombardeos de uno y otro lado, los occidentales no abandonan sus hogares sin chalecos antibalas y suben a sus Humvees. Y llegamos nosotros y convertimos la frontera en una luminosa y colorida etapa de enduro. El año pasado, un oficial de inteligencia nos dijo en Kunduz: "Te ves como blancos de tiro. ¿Cómo demonios podemos protegerte? "
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