Un empleado de Tesla ha rechazado un soborno de un millón de dólares a cambio de introducir malware en las redes informáticas de la Gigafábrica que la compañía tiene en Nevada. El incidente forma parte de una investigación que el FBI ha hecho pública y es digno de una película de espías. Según el informe que acompaña a la denuncia interpuesta por el FBI, todo empezó con la visita de un turista ruso de 27 años llamado Egor Igorevich Kriuchkov.
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