Hubo un tiempo en el que en las redes sociales todo valía. En el que ni siquiera había una regulación que plantease qué medidas tomar si alguien se pasaba de la raya. Siempre ha sido necesario controlar ciertos comportamientos en nuestras relaciones físicas, el qué decir u opinar en ciertos momentos o con ciertas personas. Porque la línea entre la libertad de expresión y un comentario que incite al odio o a conductas ilícitas es muy fina. Pero en redes sociales, hace años, no había prácticamente ninguna línea que cruzar.
|
etiquetas: wild wild web , regulación , españa