Erik Bernhardsson se descargó 50.000 fuentes tipográficas en su ordenador, las convirtió a mapas de bits y comenzó a analizarlas. Obtuvo el promedio y la mediana de cada letra. Después, mediante el entrenamiento de una red neuronal, trató de crear un "vector de la fuente", que sería el espacio latente que "define" un cierto tipo de letra. Tras semanas de funcionamiento, el modelo converge a algo que se ve decente. Se puede escoger un vector de la fuente y generar nuevas fuentes de perturbaciones aleatorias. Los datos se pueden descargar.
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