"En mi agonía grité contra el implacable hacedor. Grité que al fin y al cabo la criatura es más noble que el creador, pues la criatura ama y desea el amor, aun el amor de esa estrella llamada el Hacedor de Estrellas; pero el creador, el Hacedor de Estrellas, ni amaba ni necesitaba amar. Pero tan pronto como di ese grito, miseramente ciego, me sentí consumido por la vergüenza, pues se me hizo evidente de pronto que la virtud del creador no es lo mismo que la virtud en la criatura. Pues el creador, si ama a su criatura, no ama en realidad más que una parte de sí mismo; pero la criatura, al alabar a su creador, alaba a una infinitud que está más allá de sí misma. Advertí que la virtud de la criatura era amar y adorar, y que la virtud del creador era crear y ser la meta incomprensible, inalcanzable e infinita de las criaturas." ("El hacedor de estrellas", Olaf Stapledon)
Me gustaría recomendaros a todos un libro simplemente maravilloso que da mucho que pensar: "El hacedor de estrellas" de Olaf Stapledon (www.lecturalia.com/libro/23266/el-hacedor-de-estrellas)
"Resumen y sinopsis de "El hacedor de estrellas" de Olaf Stapledon:
Una noche de amargura y desengaño, un hombre contempla el firmamento desde lo alto de una colina. De pronto se ve inmerso en una suerte de viaje astral que lo traslada por toda la galaxia, de la que explorará el nacimiento y el ocaso, con la meta última de comprender la naturaleza de la fuerza primigenia, el enigmático «hacedor de estrellas». Stapledon abre un gran angular cuyo protagonista es la inmensidad del tiempo y del espacio, invitándonos a una auténtica aventura existencial. Entre la cosmogonía y la fábula científica, ésta es, en palabras de Borges, una «novela prodigiosa» que ha merecido un lugar privilegiado entre los clásicos de la ciencia ficción".
Buscadla en internet que la podéis encontrar gratis en PDF. El libro data de 1937 pero no os dejéis engañar, es una obra de arte muy actual en cuanto a la física y la astrofísica que describe. Aquí tenéis otra reseña más completa: www.fabulantes.com/2016/02/hacedor-de-estrellas-olaf-stapledon/
"[...] Al final, no obstante, la reflexión metafísica de Stapledon da un giro sorprendente desde la visión casi religiosa hacia la reflexión estética. En este sentido no encontramos una presentación complaciente de las virtudes del amor divino que se suponen desde tantas religiones. El Creador es a un tiempo sustancia infinita y desarrollo creativo que se mejora a través de innumerables creaciones. Y en esta consideración, Stapledon nos golpea con el problema del mal. Por muy perfecto que sea el Hacedor de estrellas éste contempla cada creación de la misma manera en que un artista estudia su obra terminada. No hay amor universal, sino análisis para refinar su arte creador. Incluso la presencia de la crueldad y del mal más abyecto es un sacrificio para que el resto de la creación pueda brillar por contraste. La criatura que contempla a su creador sólo puede angustiarse por el dolor al tiempo que se regocija en la gloria. Es el precio de alcanzar aquello que es inefable."
El libro, que aunque lo venden como una novela de ciencia ficción es más bien un ensayo filosófico, termina así:
«Yo sentía piedad por aquellos seres últimos y torturados, sentía vergüenza y furia, y desprecié mi derecho al éxtasis ante aquella perfección inhumana; y deseé volver a mi cosmos inferior, a mi propio mundo, humano y torpe, y a unirme con mi propia especie semianimal contra los poderes de las tinieblas, sí, y contra ese tirano invencible, despiadado, indiferente, cuyos pensamientos eran mundos sensibles y torturados».